MANIFIESTO DEL CONSEJO GENERAL DE LA PSICOLOGÍA EN EL DÍA INTERNACIONAL DE MALTRATO A PERSONAS MAYORES
14 de junio de 2019
14 de junio de 2019
Cuando
el primer rayo de sol entra por la ventana sé que mi hija abrirá la puerta de
mi habitación y me dirá: “Vamos Mamá, es hora de levantarse”, pues es lo que me
dice todas las mañanas, echo de menos que alguna vez me pregunte a qué hora
quiero levantarme (Derecho a decidir, decidir es un principio y un derecho).
Últimamente, me he dado cuenta que mi hija decide casi todo por mí, “a qué hora
me tengo que acostar, lo que tengo que andar diariamente, la hora a la que
tengo que desayunar, comer y cenar” (Derecho a elegir libremente), dice
que lo hace porque me quiere, pero me pregunto si “el amor es elegirle todo a
la otra persona”.
Hace
poco fui a ver a una amiga que está ingresada en una Residencia, ella me dice
que hoy en día tenemos suerte pues todo está Centrado en preservar la
autonomía de las personas mayores, pero cuando me comenta que el dinero se lo
gestionan sus hijos ya que le dicen que ella ya “no tiene necesidad de
preocuparse por esas cosas” (Derecho a tener el control y gestionar) me
pregunto en qué persona estará Centrado dicho principio.
Últimamente
cuando me emociono me dicen que tengo que sentirme feliz por haber llegado con
tan buena calidad de vida a mi edad y, la verdad, siento que intentan quitarle
importancia a la etapa más dura y menos comprendida por la que he pasado a lo
largo de toda mi vida (derecho a expresar emociones).
Dicen
que en la vejez ya no hay nada que “aprender”, sin embargo, yo he tenido que
aprender a llevar braga-pañal con dignidad, a que cuando me ayudan a ducharme
entren mis nietos en el baño sin tener en cuenta mi pudor (derecho a la
intimidad), a que no puedo ir donde quiero si no voy acompañada, de hecho
he tenido que dejar de ir a la cafetería donde me reunía con mis amigas porque
a mi hija su horario no le iba bien (derecho a preservar la identidad
personal y la dignidad), ya no puedo cocinar ni sentirme útil pues dicen
que en lugar de ayudar lo mancho todo (derecho al empoderamiento).
Todavía recuerdo cuando enseñaba a mi hija a cocinar, las dos nos divertíamos
muchísimo aunque lo ensuciábamos todo, no sé qué es lo que ha podido cambiar.
El
otro día mientras estaba sentada en uno de mis paseos diarios conocí a un señor
muy amable, le dije a mi hija que me había invitado a que tomase café con él un
día de estos pero ella me miró, sonrió y me dijo que yo ya no tenía edad para
estas cosas (derecho a expresar las emociones y sentimientos, derecho a
disfrutar de su sexualidad) y la verdad, no sabía que los sentimientos a
una determinada edad no se podían dejar aflorar.
Cuando
mi hija me da las 10 pastillas diarias que me tomo ya no le pregunto para qué
sirve cada una, las cojo y me las tomo aunque me gustaría saber si realmente
sirven para algo y si tengo la opción de decidir si hay otras opciones (derecho
a no ser polimedicado innecesariamente). Tampoco me gustaría pensar que
en algún caso esa medicación estuviese más dirigida a la tranquilidad y
sobreprotección de mis cuidadores, que a mi propia salud.
El
otro día una amiga me preguntó por qué ya no me llevo con mi segunda hija,
tristemente le tuve que decir que cuando vivía con ella hacía uso de la pensión
para sus propios gastos (derecho a denunciar) y cuando mi otra hijo se
enteró me llevó a su casa y me comentó que si quería podía denunciarla, que
podíamos ir a los servicios sociales a que nos asesorasen, pero tener que
denunciar a un hijo es muy duro.
Siempre
he intentado que mis hijos/as pudieran vivir con la mayor calidad de vida, y lo
mismo lo quiero para mí; echo de menos que alguien (derecho a vivir más y
mejor) me informe de todos los cambios que voy a experimentar en esta etapa
de la vida, que me oriente acerca de las posibilidades de ocio que existen,
pues vengo de una generación en la que todo era trabajar y me gustaría vivir
con plenitud esta etapa. Y en caso de padecer una enfermedad me gustaría poder
decidir cómo llevarla y sobre todo cómo pasarla, elegir con quién y dónde pasar
mis últimos momentos, (derecho a decidir sobre su propia muerte), sé que
querría que fuese en casa y con los míos, pero en la actualidad no puedo
plantear este tema con mi familia, pues no quieren que hable del tema y yo me
pregunto cuando llegue el momento ¿cómo sabrán lo que quiero?
Siempre
que mi nieto me proponía jugar a la videoconsola le daba una excusa diferente,
pero el otro día me arriesgue y le pedí que enseñase a jugar, perdí todas las
partidas pero también me reí muchísimo (derecho a aprender y derecho a
acceder a las nuevas tecnologías). Yo soy de las que temía hacerme mayor,
hasta que aprendí que ganaba sabiduría día a día (Ernest Hemingway).
Por
todo ello desde el Consejo General de la Psicología y en concreto desde su
grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento solicitamos a la sociedad y
los organismos competentes en las competencias de sanidad y de servicios
sociales que:
1. Detección de la violencia de
género en la vejez: como por ejemplo la identificación del maltrato físico,
psicológico y sexual en mujeres con trastorno Neurocognitivo para mejorar la
asistencia y la protección por parte de la legislación y promover políticas de
sexualidad responsable.
2. Prevención medio ambiente: Los
problemas de salud relacionados con los factores ambientales como consecuencia
del cambio climático y aumento de contaminación; se desarrollan cada vez con
más frecuencia e intensidad, afectando a los grupos más vulnerables en nuestro
caso las personas mayores, pues son causa de patologías cardiovasculares y
enfermedades respiratorias. Valoramos necesario fomentar ciudades amigables a
través de la limitación de la exposición a temperaturas extremas y humedades
con el fin de prevenir los efectos, de Políticas de reducción de la
contaminación, control de productos químicos, residuos y aguas y en espacios
cerrados como tiendas etc., de unificar criterios de exposición al aire
acondicionado, de Espacios libres de humo y de promoción de espacios verdes y
de descanso en las ciudades con el fin de reducir el dióxido de carbono.
3. Promover servicios cercanos y
específicos al domicilio: esto es unidades de barrio que promueven redes
sociales cercanas, que puedan servir de apoyo en su propio barrio de referencia
y en centros lejos de su pueblo o ciudad en la cual no existen redes de apoyo
ni a las que existe un arraigo ni sentimiento de pertenencia.
4.
Soluciones para infraestructuras adaptadas a personas ancianas: Debido a
la necesidad de los espacios para vivir que sean seguros y accesibles, ayudando
a preservar la autonomía, por lo que se valora necesario crear infraestructuras
limpias, seguras y sin barreras como: elevar los pasos de peatones y liberar un
espacio en los mismos para quienes van más lentamente al cruzar; facilitar en
las ciudades con pendientes cintas o escaleras mecánicas; creación de códigos
de colores universales e intuitivos para indicar la proximidad de espacios
accesibles, con elementos acondicionados a necesidades sanitarias; promover
espacios con sombra, paradas de descanso y parques con acceso a agua potable;
existencia de urinarios adaptados, en puntos estratégicos de mayor tránsito de
personas ancianas accediendo con documentación personal (DNI); y contenedores
de basura sin pedal, ya que no siempre tienen la fuerza ni el equilibrio
necesarios.
5.
Recursos para la prevención de psicopatologías en las personas mayores,
fomentando la autoestima, creando lazos sociales con iguales y personas de
distintas generaciones, creando un espacio en el que compartir inquietudes y
encontrar apoyo emocional al descubrir y poner en práctica su capacidad para
aprender y compartir experiencias y conocimientos y promover en la sociedad
experiencias intergeneracionales. A través de actividades de cine-fórum,
charlas en las que se aborde el papel de la persona mayor en cada historia
familiar, talleres en los que ellos enseñen a pintar, cantar canciones
populares, actividades de costura, realización de maquetas, juegos de mesa,
bailes, cuentacuentos, cestería y otras labores artesanas.