GR220:
GR220 IRUÑERRIKO ITZULIA
(2. ETAPA ATARRABIA-GORRAIZ (2019/11/14).
(MÁS
ABAJO EN CASTELLANO
Nahiz eta eguraldi txarra espero, Trinitatearen zubian giro eder eta
eguzkitsua topatu genuen. 11 lagun abiatu ginen Atarrabiakoa Batanerantz doan
ur jaitsieraz gozatu eta gero. Hortik
Esteribarrera, Done Jakue Bidea jarraituz Irotzeraino eta aldapa gogor batetik
Eguesibarreko atarira. Altzuzan Jorge Oteizaren obra gogoratu eta Elkano
herrira, jauregi eta etxe modernoez beteta dagoenera. Egues alboan utziz Gorraizeko Golf Zelaiatik
etaparen amaiera, garraio publikoa hartzeko geltokian. Txangoaren balantzea
erabat positiboa, bakarrik aurreikuspen meteorologikoenagatik parte hartze
murritza eman zena kontutan hartzeko.
GR220:2º
ETAPA SENDERISMO. VILLAVA –GORRÁIZ.
14
DE NOVIEMBRE 2019
Esta segunda etapa comienza
una mañana de este Otoño que fue perezoso en sus inicios para salir del verano
y que esta semana nos sorprendió con una estampa netamente invernal. Tal vez
esta fue la razón por la que la asistencia mermó sobremanera, merma que tuvo un
evidente carácter de género.
Todo hacía presagiar que la
mañana iba a ser dura, dadas las predicciones, pero cuando nos reunimos en el
puente de la Trinidad de Arre nos encontramos con una mañana fresca pero
soleada. Los 11 senderistas que iniciamos la etapa contemplamos durante un buen
rato desde el Puente la bella estampa del Río Ulzama y su bonita cascada hacia
Villava y su Batán. Por cierto, nada que ver en cuanto a belleza esta mirada
con la del mes anterior en el que el Ulzama parecía un pequeño barranco.
Decimos agur a la Trinidad y
su coqueto albergue, de origen medieval, y tomamos el camino que sube una loma
para pasar al Valle de Esteríbar, del que el primer pueblo que vemos es
Zabaldica. Cruzamos la carretera a través de un pequeño túnel y seguimos por el
camino de Santiago, orilla izquierda del Río Arga hacia arriba. Hubo un
senderista que se despistó y cruzó la carretera por arriba y motivó un cierto
retraso al resto del grupo pero no pasó de ahí. Se recalcó la necesidad de
prestar atención a las señales ya que, dado que íbamos por el Camino de
Santiago había una buena señalización.
El cauce del Río Arga hacia
arriba, hermoso caudal el que bajaba, nos deja a mano izquierda Zabaldica y nos
acerca a Iroz, cuyo puente y presa conforman, con la vista del pueblo, una
estampa preciosa. Algún senderista recordaba los años de su juventud cuando
desde Pamplona venía con su cuadrilla a bañarse. Este paraje, hoy adecentado
con mesas y algún que otro fogón, según
se comenta, es muy frecuentado por gente emigrante los fines de semana.
Cruzamos el Arga y
comenzamos una cuesta empinada hacia la cumbre que nos lleva del Valle de
Esteríbar al Valle de Egües. Vamos subiendo por un camino de pista rodeados de
pinos y con una bonita panorámica de la parte Sur del valle de Esteríbar y
quien más quien menos mira en las orillas del camino pensando encontrar algún
que otro hongo. La verdad que no hubo mucha suerte. Llegamos a la cima y nos
encontramos con una gran antena de comunicación, precio que debemos pagar al
progreso, alrededor de la cual almorzamos, comentando el bonito día que
teníamos pese a los malos augurios que había.
Una vez emprendida la bajada
hacia el Valle de Egüés entre pinares observamos que había algún que otro
robellón o níscalo y otro detalle que nos alegró: A diferencia de lo que vimos
en el monte Ezcaba y Esteríbar, los bojes no estaban atacados por la plaga de
mariposas. Según bajábamos hacia el valle el primer pueblo que nos encontramos
fue Alzuza, pueblo que domina el valle y parte de la Cuenca de Pamplona. Aquí
nos dimos un pequeño paseo cruzando el pueblo y charlamos sobre la persona y
obra de Jorge Oteiza, cuyo museo se alza desafiando a lo que le rodea, tal vez
recordando lo que fue su fuerte espíritu y su rompedora concepción artística
respecto a nuestra civilización.
Llegamos ya a Elcano y
rodeando la hermosa Clínica de Ubarmin quien más quien menos recordó alguna que
otra estancia en la clínica para respectivas reparaciones. En general los
recuerdos de la clínica y sus atenciones eran excelentes. Nos encontramos con
Elcano, un pueblo con casas señoriales de piedra, el que fue castillo del Señor
de Elcano y unos alrededores con sus campos de cereal recién nacidos y muestra
palpable de la riqueza cerealista de este valle. A la salida del pueblo topamos
con edificaciones modernas, rodeadas de tapias, frondosos árboles y jardines
que nos mostraban esa otra cara urbanística de la Cuenca de Pamplona, en la que
el Chalet, los adosados….., albergan un sector de población que eligió la
privacidad frente a la concepción comunitaria del urbanismo de la ciudad. En el
aire quedaba la duda sobre si tanta privacidad pueda esconder algunas carencias
no menores en determinados aspectos de servicios y convivencia. Dejamos a la
izquierda Egüés y atravesamos un polígono industrial cuya urbanización y
locales estaban en una proporción importante vacíos, una prueba más de los
excesos de una burbuja urbanística que se dio de bruces con los límites con los
que se topó el alocado desarrollismo y el afán especulativo.
Esta es la gran pregunta que
nos interpela cuando llegamos a Gorráiz, punto final de la etapa, cuya primera
mirada nos lleva al campo de Golf , rodeado de hermoso chalets bien
pertrechados por setos y mastines, cuyos ladridos son lo único que parece
romper el silencio y la soledad que adornan sus calles. Cuando esperábamos el
transporte público, frecuencia de una hora, comentábamos todos estos
pormenores.
El balance de la excursión
excelente, ensombrecido por los efectos que en la asistencia generó las malas
previsiones meteorológicas. Hay que agradecer la preparación esmerada que nos
brinda Santi y sus colaboradores Mikel y Patxi.